No estoy durmiendo bien, para nada, y creo que tiene que ver con mi actual y angustiosa situación. No tiene que ver con algo particular y si me pregunto con que guarda relación tampoco lo sé y, misteriosamente, no me urge averiguarlo… Me gustaría tener la facilidad que tienen algunos de desprenderse de ciertas cosas como hace el fumador de la colilla, o peor aun, de la ceniza. No lo he intentado con todas mis fuerzas, a decir verdad, pero por las pocas veces que sí lo he hecho sé que si no imposible, me resultará complicado y extenuante de aprender y sobre todo de aplicar, ya que cuando algo tan frío y concluyente como lo es esta capacidad, cuando no se trae en la sangre o se ha adquirido luego de una tormentosa situación hay que alcanzarla de alguna forma que aun desconozco. Algún día quizás aprenda este arte de la displicencia y desinterés, que, por detallar, se caracteriza por una súbita sensación de hastío y un anhelo eruptivo de independencia y entonces, este artista del desprendimiento del cual hablo se para y se va, e increíblemente, no vuelve más. Este “no vuelve más” se caracteriza, a su vez con la (también) interesante capacidad de volver cuando nadie se lo espera, de una forma que nadie logra imaginar, a veces con palabras difíciles de discutir y de las cuales dudar, y otras veces sin ninguna explicación en absoluto y, para desamparo del que no posee esta capacidad, se instala en el mismo lugar que una vez abandonó sin avisar, como si lo hubiese reservado de alguna forma que hasta ahora tampoco consigo comprender. Por muy violento que me resulta ahora ser, llamémosle víctima, de alguien con estas mágicas capacidades, de todas formas puedo entrever los beneficios directos e indirectos que esto trae consigo y me gustaría, en algún momento de mi vida, o quizás, en algún efímero momento del día, sorprenderme en este acto de indolencia y enorgullecerme de no haber tragado ni digerido, voluntariamente, aquello que no quise y poder, luego, levantarme y partir, sorda a cualquier razón que entregue aquel que quedó sentado.